viernes, 28 de noviembre de 2014

Un canto a la amistad verdadera.

El capitán Pinillo. Oscar Monge Maykall.
Guayacán, Costa Rica, 1995.
Escrita solamente con diálogos, la novela El capitán Pinillo de Oscar Monge Maykall, logra involucrarnos en la vida de un hombre que, luego de perder a su esposa, descubre que aún le quedan el mar, la amistad y el futuro.
Tras enviudar, Pinillo, un humilde fabricante de botes de Quepos, descubre que la soledad es algo horrible y que si se queda en el rancho que ahora siente vacío, pronto morirá él también. Desde el momento mismo de dejar a su mujer en el cementerio, se sumió en una profunda depresión. No comía ni tomaba café. Había perdido el interés por todo lo que lo rodeaba y se pasaba las horas pensando únicamente en que su final también debería de estar cerca.
Para despejarse y distraerse, decide cambiar de ambiente. Sin brindarle mayores explicaciones a sus familiares (que ya habían notado que el abuelo no andaba muy bien), una mañana parte hacia Uvita, a pasar unos días en casa de su amigo Juan González.
Juan y Pinillo eran amigos desde aquellos lejanos tiempos en que, según ellos, no se conocía el egoísmo. Cuando alguien se iba a juntar, todos cooperaban para levantarle un rancho de caña brava y techo de palma que, en cuestión de un día, lo dejaban hasta barrido. Pinillo se juntó con su mujer a los catorce años y Juan, naturalmente, participó en la construcción del rancho. Ahora que ambos están viejos, los días que pasa con su amigo le sirven a Pinillo para comprender que haberse quedado viudo no significa haberse quedado solo.
Ambos han vivido siempre cerca del mar y un día descubren que el mar les ha puesto una tarea. La marea ha dejado en la playa un gran tronco que, trabajándolo como ellos saben hacerlo, podría convertirse en un hermoso bote. Pinillo, sin saber por qué, había llevado sus herramientas y, ni lerdos ni perezosos, ponen manos a la obra. Gracias a ese proyecto, su visita se prolonga por más de lo pensado, ya que Pinillo no quiere marcharse sin dejar el bote terminado.
La historia está basada en un hecho y un personaje real. El libro está dedicado a Pinillo, a sus hijos y nietos. Oscar Monge Maykall, oriundo de Quepos, como su personaje, logró con su primera novela un hermoso y conmovedor relato en que la nostalgia es el platillo principal. A lo largo del texto, son numerosas las digresiones en que se lamenta la transformación de Quepos, de un paraíso perdido y remoto, habitado pr personas sencillas y honradas, en un centro turístico en el que los principales propietarios de tierras no son oriundos del lugar. Los descendientes de los habitantes originales han acabado trabajando como peones  han emigrado a la ciudad. 
Escrita totalmente en diálogo, en El capitán Pinillo los giros y las expresiones coloquiales de los quepeños se reproducen con formidable precisión lo que le da a la novela un sabor auténtico que, sin lugar a dudas, debe destacarse como uno de sus más grandes méritos.
La esposa muerta de Pinillo lo visita en sueños para recordarle que el espíritu de lucha nunca debe abandonarse. El futuro abierto a posibilidades desconocidas, está sugerido por el del nieto de Pinillo, que nació poco después de la muerte de su esposa. Pinillo no quiere regresar a casa sin terminar el bote, pero también arde en deseos de conocer a su nietecito recién nacido. Abuelo y nieto, además de la misma sangre, compartirán la misma tierra: Quepos. Un Quepos distinto, eso sí. El de Pinillo ya no existe. El del nieto todavía no ha empezado a surgir. Muy probablemente, en el Quepos al que le tocará vivir al nieto no habrá nadie que, como su abuelo, con solo un hacha sea capaz de convertir un tronco en un bote. Los viejos suspiran por los tiempos idos, los jóvenes se plantan ante el presente sin arrugar la cara y la vida del recién nacido, como el futuro del pueblo en nació, es un misterio sobre el que poco o nada se puede prever.
La soledad va y viene, los ciclos de la vida se cierran y se abren y la verdadera amistad es tan eterna como el mar. A cada uno le tocará librar una lucha distinta en este mundo, pero la vida, hasta el momento mismo en que termina, siempre está empezando.
Quepos, Cantón de Aguirre, en la costa pacífica de Costa Rica. Pinillo, un
fabricante de botes local, es el personaje de la novela. El autor, Oscar Monge
Maykall, llegó a ser alcalde de la comunidad.
INSC: 1087

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