domingo, 4 de diciembre de 2016

Media biografía de Luis Alberto Monge.

Luis Alberto. Alberto Baeza Flores.
Editorial Volvamos a la tierra.
Costa Rica, 1981.
Poco después de ser electo Presidente de la República, un grupo de amigos le obsequió a Luis Alberto Monge la espaciosa casa en Santa Ana, donde residió hasta el final de su vida. Antes, don Luis Alberto vivía en una pequeña propiedad de dos manzanas y media situada en La Catalina de Santa Bárbara de Heredia.  Allá, en las frescas y verdes montañas heredianas, tuvo como vecino y compañero de tertulias a su tocayo Alberto Baeza Flores, un chileno trotamundos que vivió en más de una docena de países y, en todos ellos, fue escribiendo y publicando una cantidad verdaderamente innumerable de libros. 
En Costa Rica, además de un largo estudio titulado Evolución de la poesía costarricense, Baeza Flores publicó poemarios, ensayos, una biografía de Simón Bolívar y sendos libros dedicados a ensalzar las figuras de sus amigos Daniel Oduber Quirós y Luis Alberto Monge. Ambas obras son, como es fácil de suponer, literatura propagandística en que se pintan, con colores brillantes, el gran talento de los biografiados. Una cosa, sin embargo, las distingue. El libro sobre Oduber fue publicado en 1976, justo a la mitad de su administración (1974-1978), mientras que el de Luis Alberto Monge apareció en 1981, cuando Monge era candidato a las elecciones que tendrían lugar en febrero de 1982. Es decir, la obra sobre Oduber podría considerarse un esfuerzo de relaciones públicas del gobierno con miras a mejorar su imagen, mientras que la se refiere a Monge sería más bien parte de la campaña por atraer votos. En ambos casos, dudo de la efectividad del esfuerzo. Ese tipo de libros por lo general los leen solamente los convencidos y no los que hay que convencer. Por otra parte, es en verdad extraño que el Partido Liberación Nacional haya recurrido a un escritor chileno para este tipo de publicaciones. Tal vez no encontraron un escritor tico dispuesto a hacerlo o tal vez la iniciativa surgió del mismo Baeza Flores. En todo caso, ninguno de los dos libros logró despertar mayor interés.
En Costa Rica, los presidentes son figuras a las que solo se les presta atención mientras ejercen el cargo. Muy pocos han publicado sus memorias. Rafael Yglesias Castro resumió su vida en un folleto de menos de cincuenta páginas. Rodrigo Carazo Odio, en cambio, fue exhaustivo en las suyas. Don José Figueres Ferrer, ya muy anciano, debió recibir ayuda para escribir sus memorias y las de Teodoro Picado se publicaron póstumamente.
Las biografías presidenciales tampoco abundan. Se han escrito algunas sobre don Ricardo Jiménez, Rafael Yglesias, Julio Acosta, etc, pero, en general, los historiadores costarricenses prestán más atención a los procesos que a las figuras. Ni siquiera contamos con una buena biografía del General Tomás Guardia cuya vida, muy probablemente, acabe siendo contada por un novelista en vez de un historiador.
Tras una introducción bastante divagatoria, el libro de Baeza Flores empieza, como es natural, con datos familiares. Luis Alberto Monge nació en Palmares, el 29 de diciembre de 1925, hijo de don Gerardo Monge Quesada y doña Elisa Alvarez Vargas, El futuro presidente es el cuarto de siete hermanos. Gerardo, Víctor Julio y Myriam son los mayores y Carmen, Lía, Nautilio y Delia, los menores. Su padre, don Gerardo, muere cuando Luis Alberto tiene solamente cuatro años de edad.
Gran lector y buen estudiante desde niño, Luis Alberto cursó estudios en el Instituto de Alajuela, donde obtuvo su bachillerato.  Como era un joven de escasos recursos, para sostenerse trabajó como vendedor en un tramo del Mercado Central de San José. Aunque disponía de pocos ratos libres, en su juventud fue cruzrojista.
La carrera pública de don Luis Alberto inició bajo la tutela del padre Benjamín Núñez, a quien Monseñor Víctor Manuel Sanabria había encargado la tarea de establecer organizaciones de trabajadores de acuerdo con la Doctrina Social de la Iglesia. En los años treinta y cuarenta, los sindicatos estaban ligados al partido comunista de Manuel Mora y, para contrarrestar esa influencia, el padre Núñez fundó la Confederación de Trabajadores Rerum Novarum, en la que laboró el joven Luis Alberto Monge.
Aunque matriculó algunos cursos en la Escuela de Derecho, Monge se vio obligado a abandonar los estudios. Fue cercano, sin embargo, al Centro de Estudios para los Problemas Nacionales, liderado por Rodrigo Facio.
No está claro el papel que jugó don Luis Alberto durante el conflicto armado de 1948 pero, al año siguiente, con apenas veintidós años de edad, fue electo diputado a la Asamblea Nacional Constituyente por el Partido Social Demócrata. Se suponía que, tras el triunfo armado de don Pepe, la nueva Constitución se haría a su gusto, pero los socialdemócratas solamente obtuvieron cuatro diputados: Rodrigo Facio, Fernando Fournier, Rogelio Valverde Vega y Luis Alberto Monge. El grueso de la Asamblea (34 diputados) eran del ulatismo, había un diputado independiente y seis del Partido Constitucional, Pese a no ser mayoría, estos últimos, liderados por don Arturo Volio, lograron convencer a la Asamblea de que no era prudente hacer grandes cambios, por lo que la nueva Constitución, de 1949, acabó siendo la misma Constitución de Tomás Guardia, de 1871, ligeramente retocada.  
Luis Alberto Monge Alvarez. (1925-2006).
Presidente de Costa Rica de 1982 a 1986.
En el libro hay una anécdota sobre esta época que vale la pena mencionar. Dice que cuando el Dr. Calderón Guardia, con el apoyo de Anastasio Somoza, invadió el país, Monge, en un arranque de patriotismo, "no pudo contener su ardor" y consideró más importante defender la soberanía nacional que redactar una nueva Constitución. Dejó su puesto en la Asamblea y marchó como combatiente a Guanacaste. En la capital, don Pepe, al darse cuenta que faltaba un voto en la Asamblea, le encargó a Frank Marshall que lo devolviera a San José.
Una historia interesante, sin lugar a dudas, pero tiene un pequeño problema. La invasión calderonista ocurrió en diciembre de 1948 y la Asamblea Nacional Constituyente empezó a sesionar en enero de 1949. Pifias como esta, abundan en el libro, Llama "Renovación Nacional" al partido Renovación Demócratica de Rodrigo Carazo, se consignan hechos en un momento distinto al que ocurrieron y se establecen relaciones de causa y efecto verdaderamente haladas del pelo.
En un afán de convertir en un libro grueso lo que debió haber sido un folleto breve, Baeza Flores se hunde en divagaciones o llena páginas y páginas con listas de proyectos, ponencias en congresos o artículos de revista. A veces, se sale por completo del tema y dedica apartados enteros a, por ejemplo, los pleitos de Oduber con el periódico La Nación.
El libro de Baeza fue publicado por la "Editorial Volvamos a la tierra", gracias a los donativos de una larga lista de contribuyentes, cuyos nombres aparecen en las últimas páginas. Me pregunto si alguno de ellos haya tenido la paciencia de leer el libro completo. 
Luis Alberto Monge fue diputado de 1958 a 1962 y de 1970 a 1974. De 1973 a 1974 fue Presidente de la Asamblea Legislativa. Ocupó un alto cargo en la OIT, fue Secretario General del Partido Liberación Nacional y, en 1982, un año después de la publicación del libro de Baeza, fue electo Presidente de Costa Rica.
Mientras ejerció la presidencia, don Luis Alberto gozó del aprecio general. Su personalidad y su estilo le ganaron las simpatía de las personas sencillas que reconocían en él a uno de los suyos. Era simpático, tenía buen sentido del humor, evitaba los conflictos pero, si se presentaban, lograba salir de ellos. Se rodeó de un buen equipo de colaboradores y supo sacar la tarea sin mayores sobresaltos.
Fue el último miembro de la Asamblea Nacional Constituyente y el último de los fundadores del Partido Liberación Nacional en morir. En otros aspectos, también fue uno de los últimos. Era un político que basaba su pensamiento en una ideología ampliamente estudiada, una figura pública que se mostraba tal cual era sin seguir consejos de asesores de imagen, un intelectual de amplias lecturas y elegante prosa que redactaba él mismo sus discursos.
Su gobierno, por otra parte, también fue el primero en realizar la apertura a la economía de mercado que se ampliaría luego. Se desmanteló CODESA, lo que inició el principio del fin del estatismo. Se firmó el primer Plan de Ajuste Estructural y se brindó mayor libertad de acción a la iniciativa privada.
Las relaciones del gobierno de Monge con la administración
de Ronald Reagan fueron en su momento (y siguen siendo
hoy en día), un tema que despierta polémica.
Hubo también, durante su mandato, hechos cuestionables que generaron escándalo y fueron elevados a juicio. El que se hubieran utilizado recursos del Fondo Nacional de Emergencias para amueblar y decorar la casa que le regalaron sus amigos fue el mayor de ellos. De hecho, que "un grupo de amigos" le regale una casa a un gobernante es algo que, actualmente, más que inaceptable resultaría impensable. Don Luis Alberto, sin embargo, fue eximido de comparecer ante los Tribunales, donde se esperaba que brindara explicaciones sobre estos hechos. Aquellos, definitivamente, eran otros tiempos.
Su política exterior, en los duros años de los conflictos armados centroamericanos fue, por así decirlo, más que ambigua. Declaró solemnemente la Proclama de Neutralidad Perpetua de Costa Rica en los conflictos armados, al tiempo que los Contras, financiados por debajo de la mesa por el Presidente Ronald Reagan, operaban en la zona norte del país. En este aspecto, algunos opinan que Monge se plegó por completo a la administración Reagan, mientras que otros sostienen que supo manejar las relaciones con el gobierno americano sin entrar en conflicto, logrando beneficios para el país y sin ceder más allá de lo inevitable.
La administración de Luis Alberto Monge forma ya parte de la historia, de una historia que está por escribirse. Su biografía, además, también está pendiente. El libro de Alberto Baeza Flores apenas recoge la mitad de su vida o, tal vez, hasta menos.
INSC: 1591

1 comentario:

  1. Interesante. Es una lastima que no se haya escrito una biografia adecuada de don Luis lbeto, y de muchos otros presidentes. Parece que la produccion literaria es en este sentido muy pobre.

    Incluso, seria interesante hacer un ejercicio similar al de los EEUU y genera run ranking de Persidentes. Juan MOra y Juanito MOra estarian de primeros. Asi como en el fondo estaria Jose Rafael Gallegos y Federico Tinoco entre otros.

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