miércoles, 21 de junio de 2023

Rueda de la vida. Antología poética de Adriano de San Martín.

Rueda de la vida. Antología personal.
Adriano de San Martín.
Ediciones BBB. Costa Rica. 2018.
Adriano de San Martín es un poeta prolífico.  Desde Tranvía Negro, su primer poemario, publicado por Alambique en 1995, ha venido entregando al público nuevos libros de poesía sin dejar pasar mucho tiempo entre uno y otro. En el 2018 sus publicaciones poéticas eran ya una docena y entonces el poeta, con ya más de veinte años de carrera, decidió compilar su antología personal.
El destino, no digamos inevitable, pero al menos bastante común, de los poetas que escriben y publican mucho, es ser reconocidos, a la larga, por una antología que reúna, en un solo tomo, una muestra de las distintas exploraciones que ha emprendido a lo largo de mucho tiempo y que se encuentran dispersas en numerosos libros. Esa selección antológica, podría ser realizada por un lector atento de su obra o por el autor mismo. Si la realiza un tercero, es probable que el conjunto sea muy representativo e incluya tanto los logros como los intentos, los aciertos como los pasos en falso, los temas recurrentes como los esporádicos.
Que el propio autor realice su propia antología representa tanto un mérito como un riesgo. El mérito es que acaba ofreciendo su selección personal. De todo lo que ha dicho, incluye lo que él mismo repetiría y seguiría repitiendo, con las mismas palabras y la misma emoción, sin importar el paso del tiempo. El riesgo que se corre es que el autor, en su madurez, al repasar su obra, descubra que algunas creaciones de juventud ya no lo representan. Que ya no diría lo mismo ni de la misma forma. 
Adriano de San Martín tenía la intención de que su antología personal, titulada Rueda de la vida y editada por BBB en el 2018, además de la compilación de sus poemas más apreciados, fuera también su último libro de poesía
La selección cumplió su propósito. El temor de que el propio autor dejara por fuera piezas importantes de su producción poética, afortunadamente no se concretó. En la antología está, muy bien representada, toda la diversidad de temas y estilos de su amplia obra.
El propósito de que esta antología fuera su canto de despedida, tampoco se cumplió, puesto que, casi simultáneamente con la aparición de Rueda de la Vida, fueron publicados Conversiones (2017) y Bosque adentro (2018). Poco después, en el año 2020, se publicaron Leningrad y Puerto de Arenas. Al año siguiente, 2021, aparecieron Vanitas y Vigilia y, finalmente, en el 2023, Secuencias.
Para actualizar su antología personal con poemas de sus libros más recientes, el poeta publicó, con la editorial ASK,  una nueva versión ampliada de Rueda de la vida en 2023.

Rueda de la vida. Edición actualizada.
Adriano de San Martín.
Ediciones ASK. Costa Rica. 2023.
Los estudiosos de la poesía medieval, suelen agrupar a los poetas de aquella época en dos categorías que responden tanto a la obra que produjeron, como a la vida que llevaban sus autores. El mester de juglaría,  era el poeta errante, que andaba por los caminos recopilando, y viviendo en carne propia, historias dignas de ser contadas y cantadas. Era un poeta aventurero que se nutría de aventuras propias y ajenas. Era parte del pueblo, utilizaba el lenguaje del pueblo y se dirigía al pueblo al cantar las creaciones inspiradas en lo que vivió o recogió a lo largo de su vida errante.
El mester de clerecía, por su parte, era el poeta culto, erudito más bien, que vivía en buena medida apartado del pueblo y, en vez de recorrer los caminos, solamente los miraba en medio de los barrotes de la ventana de la biblioteca en la que permanecía encerrado, estudiando gramática y filosofía. Sus poemas no eran jocosos, entretenidos y con lenguaje y sabiduría popular, como los de los juglares, sino más bien reflexiones profundas y elevadas que, más que a las experiencias vividas, correspondían a las numerosas y atentas lecturas de los sabios de otros tiempos. 
Una de las cosas que más llamó mi atención al repasar ambas ediciones de Rueda de la vida, y que no había notado hasta que leí poemas de distintas épocas reunidos en un solo tomo, es que la poesía de Adriano es fruto tanto de la experiencia como de la reflexión. Con los pies bien puestos en la tierra, el contacto con la realidad no lo detiene, sino que más bien lo estimula, a ir más allá de lo cotidiano hasta sumergirse en el terreno de las ideas. Una vez allí, tampoco se eleva por las nubes en abstracciones etéreas, ya que, aunque su pensamiento llegue a ser profundo y hasta abstracto, nunca pierde el contacto con lo concreto e inmediato.
Como el mester de juglaría,  Adriano ha recorrido los caminos. Ha tenido la oportunidad, no solo de viajar sino de residir por largas temporadas en diversos países, inmerso en realidades, sociedades y circunstancias muy particulares. En cada sitio, ha vivido experiencias intensas, tanto por lo dulces como por lo amargas.
Pero Adriano también, como el mester de clerecía, es un estudioso inclinado a barajar ideas propias y ajenas. Ha leído tanto como ha viajado y medita a fondo sobre todo lo vivido y lo leído.
Su poesía, entonces, como ya mencioné,  nace de dos fuentes y avanza por dos cauces: La experiencia y la reflexión. En sus poemas evoca un encuentro, un momento, un lugar, un acontecimiento o una persona pero, incluso cuando se permite entrar en descripciones detalladas, queda claro que el poema no pretende solamente capturar aquel asunto en particular, sino mostrar cómo y por qué, aquel encuentro, aquel momento, aquel lugar, aquel acontecimiento o aquella persona, llegaron a ser significativos y seguirán siendo importantes.
Poeta seriamente comprometido con el oficio, lector voraz y atento, en varios de los poemas incluidos en la antología, Adriano expone su Ars Poetica y se refiere a un buen número de autores, como Ezra Pound, Federico García Lorca o Jorge Luis Borges, entre otros. En esta línea, son particularmente dignos de mención los poemas que dedica a Julia de Burgos y, muy especialmente, uno de mis favoritos, El tigre está en los ojos, en homenaje a José Coronel Urtecho.
En materia de amores, Adriano es un poeta más apasionado que romántico, por lo que sus textos eróticos impresionan por su franqueza sin pudor ni rodeos.
Aunque varios de los libros de poemas de Adriano han sido reeditados, hay títulos que son difíciles de conseguir. Su antología personal, Rueda de la Vida,  brinda la oportunidad de disfrutar de una mirada panorámica a la obra de un poeta al que, definitivamente, vale la pena prestarle atención.
El repaso de lo que se ha hecho, no significa, necesariamente, que se dé la tarea por concluida y no se haga más en el futuro. La publicación de una antología personal no se supone que sea una despedida sino, más bien, un alto en el camino. No solamente supongo, sino que espero, que la producción poética de Adriano de San Martín continúe creciendo.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...