martes, 15 de agosto de 2017

Poesía de Joan Bernal en Puerto Rico.

Como si doliera la quietud de un árbol.
Joan Bernal. Travalis. Puerto Rico. 2016.
Un poeta es alguien que logra retratar un paisaje completo con solamente mostrar la gota de agua en la punta de la hoja. Alguien que logra revivir un período completo de vida al evocar un único instante. El poeta invita a entrar en reflexiones profundas y acompaña durante el recorrido a quienes aceptan el llamado, sin abrumarlos con largas peroratas.
Las cimas de exactitud, decía Federico García Lorca, son difíciles de alcanzar para filósofos, sabios y eruditos, porque a ellas solamente son capaces de llegar los poetas.
Un único verso de pocas palabras, encierra con frecuencia más verdades que un tratado voluminoso. 
La palabrería es una distracción molesta en cualquier género literario, pero muy especialmente en la poesía. Si el poeta cayera en la tentación de la retórica, perdería el rumbo dentro de un laberinto. El poeta no pretende demostrar, argumentar ni convencer, sino, simplemente, compartir. Espera que alguien, al otro lado de la página impresa, lea sus versos con su propia voz y descubra en ellos algo que de alguna manera reconozca como propio.
La lectura de Como si doliera la quietud de un árbol, el poemario de Joan Bernal publicado en Puerto Rico, por la editorial Travalis, me ha hecho volver a reflexionar sobre ese misterioso don de los poetas que les permite decir tanto en tan pocas palabras.
Gracias a la generosidad del propio Joan Bernal, que es mi amigo cercano desde hace muchos años, tengo en mi biblioteca todos los libros que ha publicado. Son libros delgaditos, de pocas páginas, pero en su interior albergan todo un universo de imágenes, emociones y reflexiones.  
Todos los libros de Joan Bernal han sido para mí un deleite y una revelación. Este libro en particular, me ha hecho recordar las palabras de Jorge Luis Borges, cuando afirmó que "la poesía procede de la emoción recordada en la serenidad."
Profundos e intensos, los poemas renuncian a ser patéticos, exaltados o retóricos y se leen en el mismo tono moderado y sereno en que fueron escritos, pero evocando la experiencia de suma alegría, suma tristeza o sumo dolor que los provocaron.
Otra aseveración de Borges calza a la perfección con esta obra. Decía el maestro argentino que "la poesía es, a la vez, íntima y general, porque las cosas que le ocurren a un hombre le ocurren a todos."
Joan Bernal, en una línea, declara que "Yo solo estoy aquí mirando lo que pienso".
Y piensa sobre el amor, sobre la vida, y sobre la muerte. Evoca instantes pasajeros, que tal vez forman ya parte de un pasado lejano, pero cuya memoria persiste por la intensa emoción que experimentó al vivirlos. 
No todo en esta vida son alegrías. Muchas cosas no son como debieran o como uno deseara. Pero Joan Bernal, pese a ser un poeta altamente sensible al dolor propio y al ajeno, tiene claro que el mundo no es perfecto y se alegra por ello. Con fina ironía declara que ni él mismo ni ninguna de las personas que conoce, podría tener un lugar en un mundo perfecto.
Como si doliera la quietud de un árbol, es el primer libro de Joan Bernal en que se aventura a publicar textos largos no escritos en versos. Pero incluso en esas disertaciones, o en su asombroso Inventario, queda claro que, aunque su pensamiento es profundo y su mirada es aguda, su inevitable vocación literaria es la poesía.
Muy apreciado y respetado en Costa Rica, Joan Bernal, que nunca ha pretendido la fama y es más bien esquivo al protagonismo, poco a poco, casi de boca en boca, se ha ido dando a conocer en otras latitudes. Este poemario, por ejemplo, es el primer libro suyo publicado en Puerto Rico, en el que se incluye, además de nuevas creaciones, una pequeña muestra de poemas publicados en sus libros anteriores.
En las primeras páginas, por ejemplo, aparecen los hermosos versos de Los sentidos del paraguas, métafora del abriga, aunque sea en parte, las circunstancias del entorno y evocación a una ausencia que, paradójicamente, a la larga acabó convirtiéndose en una presencia constante.
Puerto Rico es una isla con una larga tradición poética por lo que estoy seguro que los lectores puertorriqueños apreciaran en todo lo que vale estos poemas en los que todo, las reflexiones profundas, las evocaciones meláncolicas, las momentos de vida, las aspiraciones y los sueños (tanto los elevados como los cotidianos), son enunciados con concisión y belleza.
En la tapa del libro, aparece una breve nota biográfica de Joan Bernal. Le agradezco mucho que, entre sus publicaciones, que ya son abundantes y prestigiosas en distintos países, tenga la gentileza de mencionar La Libreta, una modesta revista de corta vida que ya solo pocos amigos recuerdan.

INSC: 2747




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