Oduber. Joaquín Alberto Fernández Alfaro. EUNED. Costa Rica. 1996. |
Tras la temprana muerte de sus padres y de su hermano mayor, José Francisco, vendió algunas de las propiedades que había recibido como herencia y, con lo recaudado, tanto él como su hermana menor, Dora, cursaron estudios en Canadá.
Miembro del Centro para el Estudio de los Problemas Nacionales, llegó a ser editor de la revista Surco y coordinó la recopilación y edición del Ideario Costarricense. Interrumpió sus estudios para regresar a Costa Rica e integrarse, como secretario, a la Junta Fundadora de la Segunda República, presidida por don José Figueres Ferrer. Daniel Oduber no combatió en la guerra civil de marzo de 1948, pero sí tuvo una activa participación en el frente de batalla durante las invasiones calderonistas de diciembre de 1948 y enero de 1955.
Fue uno de los fundadores del Partido Liberación Nacional en 1951, dentro del cual mantuvo un fuerte liderazgo durante exactamente cuarenta años. En su carrera de servicio público ocupó diversos cargos. Fue embajador itinerante en Europa en los años cincuenta y Canciller de la República de 1962 a 1965. Tuvo la experiencia de ser diputado de oposición, de 1958 a 1962, durante el gobierno de don Mario Echandi Jiménez, así como de ser diputado de gobierno, de 1970 a 1973, durante la tercera administración de don Pepe. En este período, ocupó además la Presidencia de la Asamblea Legislativa y, con su temperamento firme, cauto, metódico y disciplinado, mantuvo en orden los debates parlamentarios, forzó a los oradores a ir al grano y evitó confrontaciones innecesarias y discusiones extensas.
Ana María Quirós Quirós. Madre de Daniel Oduber Quirós. |
Hay quienes consideran que Oduber fue un estadista pero, por el crecimiento desmedido del aparato del Estado durante su administración, sería más exacto llamarlo un "estatista". Oduber creía en un Estado grande, fuerte e involucrado en prácticamente todas las actividades de la vida del país. Para cada problema, en vez de buscar una solución, creó una institución. El Banco Central acabó financiando la costosa aventura del Estado Empresario que, a la larga, no fue capaz de brindar los frutos esperados. La carga de este experimento social estatista, cayó sobre los hombros del sector privado que, durante su gobierno, no obtuvo el apoyo que merecía y necesitaba. Hasta las organizaciones privadas de beneficencia sufrieron la intromisión del Estado en sus actividades que, a la larga, como en el caso de la unificación hospitalaria bajo la Caja del Seguro Social, las obligó a entregar activos.
Pese a lo dicho, la administración Oduber gozó, en su momento, de gran popularidad tanto a nivel local como internacional. El filósofo formado en Francia, supo manejar una hábil política exterior, mantuvo buenas relaciones con otros gobernantes del área, especialmente con Carlos Andrés Pérez, de Venezuela y Omar Torrijos, de Panamá y, tras su paso por la presidencia, se convirtió en figura protagónica de la Internacional Socialista y fue un orador muy aplaudido en foros de numerosos países.
Porfirio Oduber Soto (1888-1944). Padre de Daniel Oduber Quirós. |
La obra de Fernández Alfaro, más que una biografía propiamente dicha, es una recopilación de datos que, en capítulos independientes, logra brindar una visión general de las múltiples facetas de este interesante personaje de nuestra historia. Generosamente ilustrado, incluye fotografías poco conocidas de sus antepasados, así como de su infancia y juventud. Reproduce, en una de sus páginas, hasta las calificaciones del Colegio Seminario, en que el joven Daniel Oduber obtuvo en todas las asignaturas "uno corrido". Los padres paulinos alemanes, que regentaban el Seminario, utilizaban el sistema de evaluación de su país natal, en el que la nota máxima, que significaba "sobresaliente", era un uno.
Daniel, doña Ana María, Dora, don Porfirio y José Francisco. |
Don Daniel Oduber Quirós y su esposa, doña Marjorie Elliot, tuvieron dos hijos. Luis Adrián y Ana María que, según parece, deben de ser las únicas dos personas con el apellido Oduber en Costa Rica.
El abuelo materno de don Daniel, don Justo Quirós Montero, fue un rico cafetalero y directivo del Banco Anglo Costarricense. El arzobispo Carlos Humberto Rodríguez Quirós, por su parte, era hijo de doña Luz Quirós, hija de don Justo, hermana de Ana María, la madre de don Daniel. Es decir, el arzobispo y el presidente de la República eran primos hermanos. Como en el gabinete de Oduber figuraron como ministros don Rodolfo Quirós González, don Rodolfo Eduardo Quirós Guardia y don Vidal Quirós Berrocal, en algún momento Constantino Láscaris, en un artículo, y Hugo Díaz, en una caricatura, se refirieron a la "Quirocracia". La familia Quirós, como se sabe, fue el tema del libro Arbol Criollo, de Otto Jiménez Quirós, en el que, de manera jocosa, se repasan episodios descabellados que los parientes habrían preferido mantener en secreto.
El libro de Joaquín Alberto Fernández permite conocer mejor la trayectoria de Daniel Oduber paso a paso. La figura, la obra y las acciones del gobernante, son conocidas y discutidas, pero la gran mayoría de los costarricenses desconoce al niño estudioso o al joven inquieto que, en palabras de su amigo de toda la vida, Danilo Jiménez Veiga, "siempre improvisó caminos y modos para salirse con la suya".
Daniel Oduber Quirós (1921-1991) Presidente de Costa Rica de 1974 a 1978. |
La única crítica que se le puede hacer al libro de Joaquín Alberto Fernández Alfaro sobre Daniel Oduber, es que no se haya atrevido (o no haya querido), entrar en los aspectos polémicos de su personaje. Oduber fue admirado y rechazado, querido y odiado, tanto dentro como fuera de su partido. Los cuestionamientos de que fue objeto fueron numerosos y frecuentes. Las acusaciones que se le hacían eran tan serias que, en más de una oportunidad, él mismo llevó el asunto a los tribunales. Era pública y notoria, tanto dentro como fuera de Liberación Nacional, la clara diferencia de criterios y la poco disimulada rivalidad entre Oduber y don Pepe. Su confrontación llegó a niveles extremos que, en más de una ocasión, trascendieron al público. El Grupo Acción Patria, que acusaba de corrupción al gobierno de Oduber, estaba constituido por liberacionistas. La figura de Oduber fue controversial hasta el último día. El 12 de octubre de 1991, en la asamblea que celebraba los cuarenta años de la fundación del Partido Liberación Nacional, a Oduber, que había sido seriamente cuestionado por haber recibido dinero de personas con oscuros antecedentes, no se le permitió hacer uso de la palabra y al día siguiente amaneció muerto.
El libro de Joaquín Alberto Fernández, que más que biografía es un homenaje, no profundiza en ninguno de estos episodios amargos. Las únicas págicas polémicas del libro son las que afirman que, en las elecciones de 1966, en que Unificación ganó la presidencia, pero Liberación obtuvo mayor número de diputados, se dio ese resultado porque en varias mesas a los liberacionistas se les dieron dos papeletas para diputados y ninguna para presidente, mientras que a los opositores a Liberación. se les dieron dos papeletas para presidente y ninguna para diputados. La afirmación, verdaderamente seria, se basa en un documento, escrito por el propio Oduber, que lo único que demuestra es que no fue un buen perdedor.
Solamente una vez, en el Teatro Nacional, tuve oportunidad de encontrarme en persona con Oduber. Era un señor alto y muy serio, que respondió a mi saludo con un firme apretón de manos. Un amigo mío, que lo trató de cerca, decía que Oduber era tan metódico y organizado que, cuando lo invitaban a cualquier actividad, incluso a una reunión social, al confirmar su asistencia anunciaba la hora en que iba a llegar y la hora en que se iba a ir y cumplía con lo programado con una puntualidad espantosa.
Sobre él se ha dicho todo lo bueno y lo malo imaginable. Abarcar todas sus facetas, en un solo libro es, quizá, misión imposible. Su vida, su obra, su pensamiento y su figura en general, son mucho más complejas de lo que pudieran parecer de primera entrada. Quizá en el futuro aparezcan otros libros dedicados más específicamente a sus facetas de filósofo, ideólogo, político, diplomático, parlamentario, gobernante y poeta.
De la pequeña antología incluida en el libro de Fernández Alfaro, reproduzco, para cerrar esta nota, el tercero de los romances que el joven Daniel Oduber, de apenas veintidós años, publicó en 1943.
III
en las cosas sepultadas.
Tu gesto de loto inerte
dormido encima del agua:
tumba de pétalos rotos
sobre la hierba mojada,
rama tronchada y ya seca,
remanso tras la cascada.
Recuerdo de otro recuerdo,
maltrecha barca en la playa,
inquietud de hace diez años,
conversación agotada.
Pero siempre tu presencia
en las voces olvidadas:
como muerte de la muerte
eres rosa deshojada.
INSC: 2737
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