viernes, 15 de septiembre de 2017

Arbol prohibido. Poesía de Marco Rodríguez Frese.

Arbol Prohibido. Marco Rodríguez Frese.
Impreso por Editorial Libros de México.
Premio del Ateneo Puertorriqueño. 1971. 
En el año 2005, durante I Festival de Poesía de Granada, Nicaragua, tuve el privilegio de conocer al poeta puertorriqueño Marcos Rodríguez Frese. Era un hombre simpático y jovial con quien compartí prolongadas conversaciones durante la semana que duró el encuentro. Debí confesarle, en el instante mismo en que fuimos presentados, que él era el primer poeta puertorriqueño que conocía. Le comenté que disfrutaba mucho las décimas de Salvador Tió, que era un gran admirador de Julia de Burgos y que había leído, naturalmente, a los tres Luises: Luis Llorens Torres, Luis Muñoz Rivera y Luis Pales Matos. Sin embargo, todos esos escritores habían muerto hacía ya varias décadas. De la poesía puertorriqueña de mediados del Siglo XX en adelante no conocía nada y ya estábamos en el Siglo XXI.
Marco, entonces, asumió la tarea de ponerme al día. Me habló de escritores, libros, grupos, revistas y movimientos literarios de los que nunca había escuchado hablar antes. Me aclaró que la poesía puertorriqueña, con el paso de los años, había ido tomando otros rumbos. Que aún se seguían leyendo los poemas clásicos, románticos, patrióticos y musicales de los modernistas y posmodernistas, pero que las nuevas generaciones (dentro de las cuales se incluía, pese a ser ya un señor de edad algo avanzada), habían optado por un lenguaje más llano y se ocupaban de temas más personales que regionales. Cuando, al escribir sobre temas amorosos, caían en lo cursi, lo hacían deliberadamente para darle al poema un toque irónico. Por la enorme belleza de la isla y la alta estima que los puertorriqueños tienen de su sociedad, el nacionalismo y los cantos al paisaje seguían apareciendo en la producción poética reciente pero tamizados con una nueva perspectiva.
La próxima vez que nos veamos”, me dijo, “Te voy a dar revistas y libros de poesía puertorriqueña moderna.” “Es más”, agregó, “te voy a regalar uno de los pocos ejemplares que me quedan de la primera edición de mi libro Arbol prohibido, que ganó el Premio del Ateneo Puertorriqueño en 1969.
A Carlos Porras con amistad y gratitud. Granada,
Nicaragua, 11 de febrero de 2006. Dedicatoria
que Marco escribió en el ejemplar que me obsequió
de Arbol Prohibido.
Su ofrecimiento me pareció muy amable y generoso, pero no creí que llegara a concretarse, ya que, cuando el encuentro terminó, Marco regresó a Puerto Rico y yo a Costa Rica sin que, pese a lo mucho que hablamos, llegáramos a intercambiar teléfonos, direcciones ni correos electrónicos.
Al año siguiente, 2006, de nuevo en Granada, Nicaragua, en el primer día del II Festival de Poesía, iba yo caminando por la Calle Atravesada cuando escuché que desde la acera en frente alguién gritó mi nombre y apellido. Era Marco. Tras el abrazo efusivo, mi amigo abrió su maletín y me dijo aquí: “Aquí está lo que te ofrecí.”
Publicado en México en 1971, Arbol prohibido es un libro breve y conciso en que el poeta, con voz serena, se refiere a su entorno más inmediato. Marco, quien aún no había cumplido los treinta años de edad cuando lo escribió, se muestra como un joven idealista, enamoradizo y soñador que mira con cierto desdén las intrascendentes escenas de la vida cotidiana. El lenguaje es contenido y no necesita, para manifestar emociones intensas, caer en excesos de vehemencia. Recurre de vez en cuando a uno que otro cultismo o referencia erudita y se permite, también, utilizar términos coloquiales, sin llegar, en ninguno de los dos casos, al abuso. Su poesía es de lenguaje tenue pero y emociones profundas.
Aunque Marco, miembro del grupo Guanajá, era asiduo participante en recitales, congresos y conferencias y sus poemas fueron publicados en revistas y antologías de numerosos países, solamente llegó a publicar dos libros: Arbol Prohibido y Todo el hombre, ambos en 1971, el mismo año en que se graduó de abogado. En el año 2012 publicó su antología personal titulada Redor poesía reunida 1968-2005.
Marco Rodríguez Frese nació en Cayey, en 1941, pero creció en Santurce. En su juventud fue Presidente de la Federación de Universitarios Pro Independencia de Puerto Rico. Además de poesía, escribió cuentos. En sus últimos años, fue vicepresidente del Festival de Poesía de Puerto Rico.
Durante casi una década, Marco y yo nos encontrábamos cada año, en el mes de febrero, en Granada, Nicaragua, para continuar nuestra charla inagotable sobre la poesía. Al despedirnos, en vez de dejarnos el número de teléfono o correo electrónico, simplemente decíamos “Después seguimos hablando"
Marco falleció el 8 de abril de 2014.
Pese a todo el contenido social o romántico de su obra, Marco fue, ante todo, un explorador de lo profundo que está detrás de las escenas cotidianas y un poeta dispuesto a mostrar el alto valor de hasta la más mínima experiencia humana.

Sentida nota de duelo
(Fragmento)


Supongo que está bien que continuemos
diciendo cuentos tristes a la noche,
repasando la mano a la esperanza,
tratando de creer que todo es pasajero.

Y en verdad que no es nuevo
andarse por las ramas.
Lo mismo se resignan esos pájaros
para los cuales hubo un invierno crudo
y no hubo migración y allá te quedas
sin las bien ponderadas coyunturas.

“Qué hermoso es, cuando hay sueño,
dormir bien... y roncar como un sochante...
y comer y engordar! Y que desgracia
que esto solo no baste!”

...Aunque, acepto, soy malagradecido,
porque tampoco me consuela el llanto.


INSC: 1997
Marco Rodríguez Frese (1941-2014) Poeta y narrador puertorriqueño

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