sábado, 16 de abril de 2016

El Túnel. Novela de Ernesto Sábato.

El Túnel. Ernesto Sábato.
Cátedra. Letras Hispánicas.
España, 1983.
Cuando una novela trata de un crimen, lo típico es que el nombre de quien lo cometió se descubra al final, pero en El Túnel de Ernesto Sábato, esa información viene en la primera línea.  
"Bastará decir que soy Juan Pablo Castel, el pintor que mató a María Iribarne." Así, con los nombres del asesino y de su víctima, arranca el libro. El hecho de conocer el desenlace de la historia desde el momento mismo de empezar a leerla no disminuye el interés ni la curiosidad por saber algo más del asunto. Enterados de antemano de lo que va a suceder, la concentración se centra en el motivo del asesinato.
Castel, ya juzgado y preso, decide contar la historia con la esperanza de que, entre quienes la lean, haya al menos una persona que pueda comprenderlo.
Con cierta amargura, aunque sin pizca de arrepentimiento, reconoce que existió una persona que podría entenderlo, pero fue precisamente la persona a quien mató.
De hecho, la primera vez que Juan Pablo Castel posó su mirada sobre su futura víctima, se debió a que solamente ella había reparado en un detalle que todos pasaban por alto. El pintor exponía sus cuadros en un salón bastante concurrido. En una de sus obras, había una pequeña imagen de una mujer que miraba el mar. Nadie, salvo María, prestó atención a ese elemento que, para Castel, era fundamental.
No tuvo ocasión de hablar con ella. Ni siquiera pudo averiguar su nombre, pero el artista quedó de alguna manera obsesionado y, por varios días, no hizo más que fantasear sobre qué le diría en caso de que la volviera a ver. El encuentro ocurrió por casualidad y fue bastante tenso y brusco. Ambos tenían personalidades bastante complejas y, aunque sus conversaciones no eran precisamente placenteras, llegaron a establecer una relación definitivamente enfermiza desde el primer momento.
Castel asumía ante ella un papel dominante y agresivo, pero en realidad era él quien había llegado a desarrollar una enorme dependencia afectiva. María estaba casada con Allende, un hombre ciego de temperamento sereno y mantenía, además, una misteriosa amistad con Hunter, un personaje del que no sabemos mucho más que la intensa repugnancia que provocaba a Castel.
La novela, narrada por la voz desesperanzada y pesimista del pintor, tiene momentos verdaderamente memorables. Los interrogatorios a los que Castel sometía María son verdaderamente angustiantes. Los dos encuentros de Castel con Allende, el primero frío en medio de una calma incómoda y el segundo, violento y absurdo, ya después del asesinato, son de gran tensión. La discusión en la oficina de correos, cuando Castel pretende que le sea devuelta la carta que acaba de echar al buzón, pese a la ira contenida del protagonista, tiene algunos ribetes cómicos. La conversación en la estancia, en que se meciona a Jorge Luis Borges (a quien llaman Georgie), es bastante caricaturesca.
La obsesión de Castel por María acaba empujándolo a cometer un crimen pasional. Su soledad, que solamente conseguía aliviar al lado de ella, se acrecienta en vez de disminuir tras cada encuentro. Castel irrespeta a María, la ofende y la agrede, quizá debido a la frustración de saber que ella (aunque también está bastante tocada) no llegará nunca a corresponder su nivel de dependencia.
Juan Pablo Castel, como todo obsesivo monotemático, llega a ser fastidioso. Una vez que queda clara la dinámica de la relación patológica que sostenía con María, la historia hasta deja de ser interesante. Los detalles del asesinato y de lo que ocurrió luego, se leen por puro trámite. Enterados desde la primera página del final de la novela, lo importante no era el cómo ni el dónde ni el cuándo, sino el por qué.
Desde su aparición, en 1948. la novela El Túnel, de Ernesto Sábato, ha generado todo tipo de comentarios. Por la angustia que transmite, la intensidad del personaje y la sequedad con que está escrita, la obra ha sido calificada de pesadilla psicológica. No es, como dijo Graham Greene, un libro que se lea con placer, pero sí logra mantener absorto al lector.
INSC: 0647
Ernesto Sábato (1911-2011). Autor de El Túnel (1948), Sobre héroes y tumbas
(1961) y Abaddón el exterminador (1974)

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...