Tiros en el concierto. Christopher Domínguez Michael Biblioteca Era. México, 1999. |
La literatura mexicana del siglo XX es tan rica y variada que, si alguien pretendiera ser exhaustivo al comentarla en conjunto, correría el riesgo de no ofrecer más que una lista de autores y títulos. Quizá por ello el reconocido crítico Christopher Domínguez Michael, al hacer un repaso del desarrollo literario de su país durante el siglo XX, optó por concentrarse en solamente unas cuantas figuras que fueron protagonistas principales durante ciertos momentos clave.
Tiros en el concierto es una colección de ensayos reveladores e inquietantes cuya lectura, ciertamente cautivadora, facilita la comprensión de la literatura mexicana del último siglo. No se trata de uno de esos aburridos estudios de corte académico, que tanto abundan, obsesionados en poner etiquetas y en agrupar las obras por tendencias o generaciones. Es, más bien, un libro apasionado, escrito por un lector obsesivo y voraz, que conoce a fondo el tema y quien, tras mucho leer y mucho pensar, expone de manera sustentada y convicente, las conclusiones a las que ha llegado.
Para ser crítico literario, lo importante no es leer sino haber leído. Los juicios del crítico no son más que su opinión personal, pero cuando se trata de un crítico serio, inteligente y culto, como Christopher, hasta las valoraciones más subjetivas están sólidamente fundamentadas. Las reacciones llenas de entusiasmo o de rechazo, no responden al gusto, sino al criterio.
El subtítulo del libro, Literatura Mexicana del Siglo V, enigmático de primera entrada, responde al hecho de que los primeros documentos escritos en México en lengua española fueron las Cartas de relación de Hernán Cortés quien, en 1521, culminó la conquista de Tenochtitlan. El siglo XX, entonces, es el quinto de la literatura mexicana escrita en español.
En esa centuria intensa, México, además de vivir la primera revolución del siglo de las revoluciones, fue cuna de grandes literatos cuyas vidas, ideas, motivaciones, pretensiones e intensiones abarcaron todo un amplio espectro de gran diversidad.
La muestra que ofrece Christopher Domínguez, es bastante representativa.
Empieza por Alfonso Reyes, el sereno erudito helenista. Sigue con José Vasconcelos, cuyas actuaciones como revolucionario y político, así como sus devaneos filósoficos y teológicos, hacen que su vida sea más interesante y asombrosa que todas sus novelas juntas. Martín Luis Guzmán, autor de El águila y la serpiente, La sombra del caudillo y Memorias de Pancho Villa, es en buena medida el cantor épico de la revolución mexicana. Los poetas del grupo Los contemporáneos, exploran y difunden nuevas tendencias con resultados irregulares. Rubén Salazar Mallén, hecho a un lado por sus controversiales ideas fascistas y la vehemencia con que las proclamaba, es el típico escritor despreciado en vida y olvidado tras su muerte. En la esquina opuesta, José Revueltas, pese a ser comunista que pensaba con su propia cabeza era tan obediente al partido que retiró de circulación Los días terrenales por las críticas de los camaradas y, pese a ser oficialmente agnóstico o ateo, su obra El luto humano (sobre la Cristiada) es de gran contenido místico y está llena de referencias bíblicas.
Christopher Domínguez retrata a estos autores de cuerpo entero. La información que ofrece sobre sus vidas, brinda la clave para comprender las razones por las que cada uno fue abrazando sus particulares ideas éticas, estéticas y políticas. Cada uno de estos literatos tiene, como cualquier ser humano, aciertos notables y errores garrafales, facetas admirables y episodios oscuros. Los libros que publicaron, son reseñados tanto individualmente como dentro de una perspectiva de conjunto. La carrera de cada escritor traza una curva distinta que no siempre es ascendente. Hay quienes, tras debutar con el pie derecho, pierden el norte o el cuidado y cada libro que escriben está peor logrado que el anterior. Otros muestran, en su producción literaria, una secuencia de altos y bajos.
Reyes, Vasconcelos, Guzmán, los contemporáneos, Salazar Mallén y Revueltas son mexicanos, pero sus actitudes, tanto humanas como literarias, tienen sus equivalentes en escritores de otras latitudes.
Los ensayos de este libro, facilitan la tarea de apreciar títulos fundamentales de la literatura mexicana, así como la de comprender la mentalidad de su autor y el contexto de la época en que fueron escritos.
Una vez trazadas las coordenadas de referencias, Christopher plantea interesantes consideraciones sobre la creación literaria en general, en que se vale, para brindar ejemplos, de los autores y obras reseñados. Su mirada no se ciñe a lo local y, en la segunda parte del libro, dedica un largo apartado a Stendhal, en el que, lejos de alejarse del tema de la literatura mexicana, aclara conceptos sobre su desarrollo.
Pese a brindar abundante información y plantear temas filosóficos profundos, el estilo conciso, provocador, contundente y apasionado de Christopher, permite que las más de quinientas páginas de Tiros en el concierto se lean con interés creciente y verdadero deleite.
Al final, para que el lector cierre el libro con una sonrisa, hay un divertido cuento, titulado precisamente Tiros en el concierto, que es una verdadera obra maestra de ingenio y fino humor.
INSC; 1162
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