For Sale. Joan Bernal. Ediciones Espiral. Costa Rica. 2011. |
Por la época en que presentó For Sale, el poeta Joan Bernal, haciendo gala de su característico sentido del humor y luciendo su eterna sonrisa, solía bromear diciendo que tenía la esperanza de que su cuarto libro se agotara de inmediato. "Con semejante título", afirmaba "Sería el colmo que no se vendiera."
Hay que mencionar que su bien ganado prestigio también jugaba a favor. Su primer libro Premonición (1996), tuvo una edición modesta y de tiraje limitado. Muchos de sus fans ni siquiera saben de su existencia. Fue a partir de Homenaje a la Ceniza (2006) que empezó a tomar renombre y, desde antes de que apareciera Vivo Delirio (2010), ya sus poemas eran reproducidos en revistas de prestigio y traducidos a diversas lenguas. Recuerdo, con particular emoción, la vez que Ghadeer Abu-sneineh le entregó la publicación en que aparecían sus poemas en árabe. Joan y yo nos quedamos mirando las páginas en silencio por largo rato, como si estuviéramos leyendo, aunque no éramos capaces de reconocer ni una sola letra.
For Sale es un libro que incluye tanto material añejo como fresco. Empieza con Los Sentidos del Paraguas, una serie de poemas breves que Joan escribió hace ya bastantes años y en los que, a partir de imágenes alegóricas, logra retratar una relación amorosa en la que no caben ni la cursilería ni el patetismo. Tras declararle a la mujer que inspiró sus versos que la ama con los ojos abiertos y con los ojos cerrados, le aclara:
Nuestro amor es un paraguas
Lo llevamos en la mano
para pasar la tormenta
si hay sol y salimos
lo dejamos en la casa
Lo único que espera de un paraguas, como de un amor sobre el que no se imaginan pronósticos, es que brinde protección y amparo. Sin entrar en meditaciones metafísicas, de lo que se trata es de no mojarse, de lograr sentirse cubierto y abrigado incluso a la interperie. Sencillos, construidos apenas de alambre y nylon, los paraguas dan sombra pero no fruto, su forma se asemeja tanto al árbol de la vida como al hongo atómico. Las capas, sustitutos del paraguas, son para solitarios porque les cabe menos gente.
Tras estos poemas iniciales, de alguna manera románticos aunque son su toque de ironía y desencanto, en las páginas que siguen contiúa presente tanto la inclemencia del entorno en que se debe deambular, como el agua que aplaca la sed.
Joan observa el entorno, cuestiona hábitos, conductas y prejuicios. Decir "la gente" es un eufemismo que curiosamente, en ciertas ocasiones se refiere a los otros que no conocemos y, en otras, podría sustituirse por la palabra "yo".
Ante el patriotismo y las opiniones prefabricadas, el poeta invita a bajarse de la nube y poner los pies en la tierra. En su mirada crítica al entorno, hay un tono de protesta ciertamente intenso pero que, al no rebajarse hasta la consigna, logra ser más contundente que ruidoso. Aunque a veces lo parece, el sentimiento no es tanto de pesimismo como de desencanto. Un muerto es igual a otro muerto y es inmoral graduar la intensidad del dolor por el lugar en que pereció el caído. Quien puede pensar con su propia cabeza, es capaz también de nadar contra corriente en vez de seguir la vía fácil de repetir lo que todos dicen para no correr el riesgo de apartarse del montón.
Tras declarar, acertadamente, que son los ricos quienes llaman a otros pobres, plantea reflexiones sobre la pobreza que van mucho más de la simplemente material.
Y luego de un recorrido profundo que despierta meditaciones novedosas sobre temas inquietantes, el libro cierra con poemines y otras tiradas de tono alegre y gran frescura.
Hubo quienes, en su momento, llegaron a criticar con protestas airadas y buenas dosis de sarcasmo, el hecho que Joan hubiera incluido poemas sobre fútbol y otros asuntos cotidianos. En opinión de estos exquisitos (tan valientes que no se atrevieron poner su firma a los dardos que lanzaban) al escribir sobre temas ligeros se pone en riesgo tanto la calidad de la obra como el prestigio del autor.
Ante los cuestionamientos, que pese a no haber alcanzado la categoría de avalancha llegaron a ser numerosos y frecuentes, Joan reaccionó con elegante indiferencia ya que, al no creer en cuentos ni en poses, pasó por alto el asunto. Ajeno a la vanidad y sed de protagonismo, tan común en el gremio, nunca ha pretendido hacer el papel ni de poeta maldito ni de poeta sublime. Simplemente escribe sobre cualquier asunto que lo inquiete, que bien puede ser un asunto filosófico, social o humano, como el autobús de su barrio, el ladrido de un perro o el sonido de los pasos de una mujer por una largo zaguán que permite presentir cómo se acerca, o como se aleja.
Con lo difícil que es vender libros de poesía, la edición completa de For Sale se agotó inmediatamente después de su lanzamiento y, personalmente, no creo que haya sido por el título.
INSC: 2550
Mi propio sermón
Pobre el hombre que en la sonrisa solo
ve una absurda mueca de estar vivo
pobre el animal cansado
de ladrarle a todo lo que pasa
pobre el que en reírse
solo vierte ofensas
pobre el que maldice
sin convencimiento
Pobre en fin el que no puede
respirar sin aire ajeno
el aire que le toca respirar
por sí mismo
pobre el hombre que se alaba
con temor con hartas dudas
pobrecito el hombre solo
que se asusta de estar solo
Presentación sin el objetivo de aburrir a nadie
Hagan de cuenta
que vengo de una cueva
tal vez no los convenza
pero de hacerlo mírenme
traigo la humedad
propia
de las cuevas
si todavía dudan:
huelan estos versos
Joan Bernal. El poeta frente a una página en blanco. |
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