Más allá del Parismina. Carmen Naranjo. Editorial Cultural Cartaginesa. Costa Rica, 2000. |
De primera entrada, lo que el lector percibe es la serenidad de un paisaje que, tras su inmobilidad aparente, oculta todo un universo de acontecimientos y secretos. Las primeras páginas del libro fluyen con una prosa pausada, mientras la voz que narra se deleita en realizar un ejercicio de observación sobre ese panorama que se eleva a la categoría de personaje.
Pero no hay que dejarse llevar por esa primera impresión, porque Más allá del Parismina, la novela de Carmen Naranjo, es una sinfonía en varios movimientos que atraviesa diversos estados de ánimo, tanto del alma como del cuerpo.
Se trata de una novela de apenas 126 páginas que, en su brevedad, es capaz de lanzar las sorpresas más impactantes. El libro, que viene dividido en tres partes, arranca, como ya se dijo, de una forma bucólica que pronto da paso a verdaderos torbellinos de emociones y tragedias. De entrada, se percibe la serenidad del paisaje. Luego se descubren las tragedias humanas que suceden a la sombra de ese obsceno y verde paraíso terrenal..
Conforme se avanza la prosa se va tornando envolvente, rica en enumeraciones que buscan la variedad de sonidos, imágenes y sensaciones.
Más allá del Parismina es un libro para disfrutar línea por línea, para deleitarse con esas construcciones de palabras cuyo impacto va mucho más allá de su significado. Es un libro que se lee sin prisa, sin preocuparse demasiado por el desarrollo de los acontecimientos, porque lo que se cuenta es tan interesante y cautivador como la forma en que se cuenta.
No se crea, sin embargo, que doña Carmen ha incursionado en el barroquismo. Eso estaría lejos de su temperamento, por todos conocido como claro y directo. La pluma de Más allá del Parismina, con todo y la belleza de las construcciones que presenta, es de una sobriedad rigurosa. Estamos frente a una narración en función de sí misma, tan lejos de la obviedad didáctica como de la construcción experimental.
Carmen Naranjo. (1928-2012) Su vasta obra incluye poesía, cuento, novela y ensayo. |
Esta novela está llena de sensaciones. Tras el paisaje, aparentemente tranquilo, vamos conociendo la vida palpitante y dolorosa de una mujer llamada Isabel (como muchas otras), que supo desde muy temprano que ser despierta era más defecto que ventaja. Las beatas condenan el manoseo de los jóvenes enamorados, movidas, ante todo, por su mala memoria, que ya les ha hecho olvidar los lejanos años en que se entregaban a esos placeres. Los curas sueñan con un campanario gótico para poder pregonar que para ganarse el paraíso se requieren méritos, mientras que las mujeres no quieren que su vida sea un infierno tanto antes como después de la muerte. En otros foros ya se han realizado valiosas reflexiones en torno al contenido del libro, pero inevitablemente la primera reacción de un lector sensible ante esta novela será más estética que temática. Mi atención se concentra en la delicia formal de esta obra, en que un coro de voces confluye para definir a los personajes más diversos.
Los curiosos preguntarán: ¿de qué se trata la historia?, pero sería aventurado tratar de contestar esa pregunta intentando brindar un resumen. Sería un crimen contar esta historia con otras palabras que no sean con las que está escrita. Esta novela de Isabeles no puede abreviarse porque es uno de esos textos en que la forma y el contenido son inseparables. Cada uno, con su crecimiento y desarrollo, contribuye al crecimiento y desarrollo del otro. En Más allá del Parismina fondo y forma son la misma cosa. En este libro, en que una mujer con sed de libertad busca un lugar en donde hallar la paz, hasta la violencia se escribe (y crudamente) sin sacrificar la belleza del texto. Los abusos del poder, ya se trate del hombre agresor, la religiosidad intransigente o la moralidad provinciana de pueblo chico e infierno grande, no son valorados ni censurados, sino solamente retratados en toda su magnitud.
Esos retratos de dolor, captados con absoluta presteza, invitan al lector a que sea el mismo quien valore los hechos.
Las relaciones humanas y amorosas son obscenas, exhuberantes y violentas, como en el paisaje en el que se desarrollan.
Luego del arranque bucólico y del concierto a varias voces que nos introduce en mentes y mentalidades diversas, la segunda y tercera parte de la novela son más inclinadas a relatar secuencias de acontecimientos.
Es decir, la novela atraviesa varios estadios emocionales en la mejor tradición de las sinfonías con movimientos distintos, pero complementarios.
El gran conflicto del libro es que, aunque todos aspiramos a disfrutar del amor y la libertad, con frecuencia resulta imposible alcanzar ambos, como si se excluyeran uno al otro y fuera necesario escoger entre ellos.
Vale la pena anotar una última reflexión sobre el título del libro. Más allá del Parismina es la tierra donde Isabel se va a esconder y donde Miguel va a buscarla. Es decir, más allá del Parismina es la región donde uno va a buscar al ser amado que ha huido como si fuera una posesión perdida y, al mismo tiempo, la tierra donde resulta fácil, no solo perderse, sino desaparecer.
Más allá del Parismina es una novela que los amantes de la belleza y la verdad no pueden dejar pasar. Es uno de esos libros en que el lector, desde el mismo instante en que lo termina, se siente llamado a leerlo de nuevo.
Doña Carmen escribió esta dedicatoria tan cariñosa en mi ejemplar de su novela más o menos un año después de que mi nota fuera publicada en la prensa. |
INSC: 1093
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