Pasos de gato. Armando Rodríguez Ballesteros. Perro Azul, Costa Rica, 2003. |
Empujado al exilio, el poeta, profesor universitario y fundador del Festival de Poesía de Bogotá Armando Rodríguez Ballesteros se trasladó en 2001 a Costa Rica. Desde su arribo, su acoplamiento a lo que él llama, con su característico sentido del humor, "el poetariado", se dio rápidamente y sin mayores sobresaltos. Apenas llegó inauguró, con gran éxito, su ciclo de Lunadas Poéticas, publicó decenas de plaquetes de poetas debutantes y consagrados, dictó conferencias, publicó artículos en la prensa, participó en diversos foros y se convirtió en uno de los personajes más queridos del mundillo literario tico.
Armando, quien cultiva también la pintura, no está particularmente interesado en acrecentar su dosis de protagonismo. Le gusta hacer cosas, pero no necesariamente figurar por hacerlas. Sus pasos en Costa Rica han sido como pasos de gato: constantes, firmes y enfocados a un destino, pero discretos y silenciosos.
Pasos de gato es el título de su primer libro publicado en Costa Rica en el 2003. Aunque es hombre de muchas experiencias y muchas lecturas, Armando es autor de pocos libros. Presagios y Migraciones (1986), Lubros (1988) y Ojos de ritual (1997), son los tres anteriores publicados en Colombia.
Pasos de gato está compuesto por cuarenta y cuatro poemas sobre temas muy diversos, desde nostalgia por el país de origen, denuncia social, angustia existencial, romances consumados y fracasados, vistazos fugaces al entorno y hasta un caligrama ciertamente simpático.
No hay propuesta de conjunto y al terminar un poema no se tiene idea de qué esperar en la página siguiente.Cada poema debe ser apreciado como una obra independiente del resto.
El estilo de Armando es absolutamente limpio y conciso. Va directamente al grano sin distraerse ni en la más mínima floritura. Su poesía es contundente, casi cortante, y cargada a dosis iguales de sensibilidad y de cinismo.
Su sentido del humor salta a la vista en muchas páginas, como en el díptico Alegna y el poeta o en Grafiti del pendenciero. La nostalgia por Colombia, el dolor por el sufrimiento de su país que "se empeña en sangrar" y el trago amargo del exilio ocupan la mayoría de los poemas del inicio del libro.
Hay también fuertes dardos irónicos contra quienes detentan el poder y, además, lo disfrutan, así como una mordaz caricatura de una señorita de alta sociedad con toda su vida planificada por sus progenitores.
Ya se trate de nostalgia o ironía, de romance o de denuncia, de humor o de dolor, todo el libro está escrito en un tono sereno, alejado tanto de la grandilocuencia como del exabrupto.
Los poemas de Pasos de gato, se disfrutan cada uno con su sabor y su tensión particular, avanzando, tal vez
en dirección distinta, pero a paso firme y sin hacer más ruido del necesario.
INSC: 1728
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